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Gran guía de los alimentos: conoce las propiedades de todos ellos

Una alimentación variada y equilibrada es la base para un estilo de vida saludable. Cada alimento aporta diferentes beneficios gracias a su composición nutricional. Por ejemplo, ¿sabías que la patata, con sus propiedades, contribuye al buen estado del sistema nervioso? Esto se debe a su aporte de potasio. 

En esta guía conoceremos todos los grupos de alimentos con sus características y los nutrientes que nos aportan. Empezamos el repaso con las legumbres, pescados, carnes y vegetales hasta los frutos secos, conociendo las propiedades de todos ellos. ¡Vamos allá!

LEGUMBRES

Las legumbres, como garbanzos, alubias, lentejas y guisantes, por su riqueza nutricional, son una de las bases de la dieta mediterránea, la tradicional.  

Son un alimento muy completo porque aportan tanto hidratos de carbono como proteínas. Además, son una buena fuente de fibra, de vitaminas del grupo B (entre ellas el ácido fólico) y minerales como potasio, fósforo, magnesio, zinc, calcio y hierro. 

Las legumbres tienen propiedades beneficiosas para la población, entre ellas, son una buena fuente de proteína vegetal.

Las proteínas están compuestas por aminoácidos que son necesarios para el correcto funcionamiento del organismo. Algunos de estos aminoácidos son esenciales, que significa que solo se pueden obtener a través de la alimentación. El pescado, la carne y el huevo aportan proteínas con todos los aminoácidos esenciales. Mientras que la proteína de las legumbres y otros alimentos vegetales tiene niveles bajos de algunos de ellos.

La buena noticia es que el déficit de aminoácidos de las legumbres se puede compensar combinándolas con cereales, como la pasta o el arroz. La suma de los dos alimentos forma una proteína de calidad, con todos los aminoácidos. 

Por otro lado, el hierro de las legumbres se absorbe mejor si las complementamos con algún alimento rico en vitamina C, como naranja, pimiento o limón. 

Consumo: Mínimo 3 raciones de legumbres a la semana.
legumbres
PESCADO

Las propiedades del pescado y el marisco tienen que ver con las proteínas y los ácidos grasos que aportan, además de micronutrientes esenciales en cualquier etapa de la vida como el yodo y la vitamina D. 

En lo que se refiere a las grasas, predominan los ácidos grasos omega-3 y omega-6, que son grasas saludables.

El yodo y los ácidos grasos de los pescados azules deben estar presentes en la dieta de toda la población y en especial en la de las mujeres embarazadas.

Los pescados se dividen en tres grupos según la proporción de grasa:

- Pescado blanco: En este grupo se encuentran la merluza y el lenguado, entre otros. Son los pescados con menos proporción de grasa.

- Pescado semigraso: Aquí encontramos el rape, que tiene más grasa que un pescado blanco, pero menos que un azul. 

- Pescado azul: El atún, el salmón, el bonito, la sardina, el boquerón y el jurel son algunos pescados azules. Las propiedades saludables del pescado azul se deben a la cantidad de ácidos grasos omega-3, muy beneficiosos para la salud cardiovascular. El organismo no puede sintetizar los omega-3, así que hay que ingerirlos a través de la dieta. 

En lo que se refiere a los mariscos, estos también aportan proteínas de buena calidad, vitaminas del grupo B y son una fuente de minerales como zinc, yodo y fósforo. Los crustáceos (gambas, langostinos, calamares…) son ricos en colesterol, pero su ingesta no incide en los niveles de colesterol en sangre. 

Consumo: Entre 3 y 4 raciones de pescado a la semana, procurando variar las especies entre pescados blancos y azules.

La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición recomienda que la población vulnerable (mujeres embarazadas o que planeen llegar a estarlo, mujeres en periodo de lactancia y niños hasta los 10 años) eviten el consumo de pez espada/emperador, atún rojo, tiburón y lucio por su contenido en mercurio. Los niños entre 10 y 14 años deberían consumir como máximo 120 gramos al mes de estos mismos pescados.

CARNES

La carne es rica en proteínas, eso ya lo sabíamos. Pero también es una de las principales fuentes de hierro hemo, de origen animal, que el organismo absorbe con más facilidad.

Entre las propiedades de las verduras, legumbres y cereales también está el aporte de hierro, pero se trata de hierro no hemo, de origen vegetal, que se absorbe de forma diferente.

Las carnes, además, son fuente de selenio, fósforo, zinc y potasio, así como en vitamina B12, que sólo se puede obtener de alimentos de origen animal. De todas maneras, la composición nutricional de la carne varía en función de la especie y de la edad del animal.

Las carnes se dividen en dos grandes grupos según la cantidad de hierro y de grasas que contienen:  

- Carne blanca: Tiene menos cantidad de grasas, colesterol, purinas y hierro. Entre las carnes blancas encontramos el pollo y el conejo. 

- Carne roja: Tiene un mayor porcentaje de grasas y de hierro. La ternera, el buey, el cordero y el cerdo son carnes rojas. Hay que decir que no todas las carnes rojas tienen la misma cantidad de grasa. Por ejemplo, el lomo de cerdo tiene menos grasa.

Consumo: Entre 3 o 4 raciones de unos 100-125 g a la semana, priorizando las carnes blancas.
HUEVOS

El huevo es un alimento que destaca por sus proteínas, que contienen todos los aminoácidos esenciales que el organismo necesita. 

Además de las proteínas, el huevo contiene fósforo, zinc, selenio y vitaminas como ácido fólico y vitamina B12. Con respecto al colesterol, su contenido es elevado, pero no está relacionado con el aumento de colesterol en sangre.

Consumo: Entre 3 y 4 huevos a la semana en dietas que sigan los patrones de alimentación saludable.
huevo
LÁCTEOS

Los lácteos, que son productos y derivados de la leche, son una de las grandes fuentes de calcio.

La leche es un alimento líquido muy nutritivo. Contiene un único tipo de hidrato de carbono, la lactosa, y proteínas como la caseína. Además del calcio, la leche también es rica en fósforo y vitamina A. 

La lactosa es la causante de una de las intolerancias alimentarias más habituales en la población, la intolerancia a la lactosa. Por eso existe una gran variedad de leches y lácteos sin lactosa en el mercado.

La leche y los lácteos más consumidos son de vaca, aunque también se pueden encontrar de cabra, oveja o búfala.

Entre los lácteos distinguimos dos grandes grupos: 

- Productos lácteos, como el yogur. En este caso no se elimina ningún componente de la leche para su elaboración. El yogur es una leche fermentada que actúa como probiótico ayudando a restablecer la flora intestinal. 

- Derivados lácteos, como el queso. En su fabricación se desechan partes de la leche como el suero. Por eso su contenido en grasa es mayor. 

lácteos
Consumo: Entre 2 y 4 raciones de lácteos al día según la edad y el estado fisiológico de la persona. Hay que tener en cuenta que dos yogures aportan aproximadamente la misma cantidad de calcio que un vaso de leche.
VERDURAS Y HORTALIZAS

Los vegetales son alimentos con un alto porcentaje de agua (puede llegar hasta el 90% de su composición) y, por tanto, bajos en calorías. Además, las verduras son productos ricos en fibra, una característica que suele atribuirse a las propiedades de los cereales integrales. Por contra, tienen muy poca cantidad de hidratos de carbono y prácticamente no aportan proteínas ni grasas. 

Las verduras y hortalizas son alimentos claves para el buen funcionamiento de nuestro organismo.

Las verduras y hortalizas como el calabacín, el pimiento, la judía verde o el tomate tienen propiedades nutricionales parecidas. En general, son ricas en vitamina C, beta carotenos, ácido fólico y minerales como el potasio. Las verduras de hoja, como las espinacas, las lechugas o el apio, también son ricas en vitamina K. 

El tomate, la col, la cebolla y el brócoli destacan especialmente porque son muy ricos en compuestos antioxidantes.
hortalizas

Algunas verduras, además de en crudo o cocinadas, se pueden consumir fermentadas, como la col y el chucrut. Las verduras fermentadas tienen propiedades añadidas, como un efecto probiótico y una mayor cantidad de vitaminas del grupo B y de vitamina K2. 

Consumo: Entre 2 y 3 raciones de 200 g al día. De estas, al menos una debería ser en crudo.
FRUTAS

Las frutas, como las verduras, nos aportan vitaminas, minerales y antioxidantes. También son un grupo de alimentos ricos en fibra, carotenos, ácido fólico y potasio. En general son alimentos bajos en calorías, excepto el aguacate, el coco y el dátil.

Algunas frutas como manzanas y plátanos se encuentran todo el año, pero las frutas tienen temporadas, según el tipo y la variedad. Por ejemplo, el verano es época de melocotón, sandía, melón y ciruelas. Otoño e invierno son los mejores meses para los cítricos. 

Consumo: 3 raciones de 120-200 gramos de fruta al día, como mínimo. Entre frutas y verduras deberíamos consumir como mínimo 5 raciones al día. 
FRUTOS SECOS

Los frutos secos son fuente de grasas saludables (alrededor del 50%), minerales como el calcio, magnesio, fósforo, zinc y hierro, y vitaminas, fibra y proteínas de origen vegetal.

Por su composición nutricional, los frutos secos están especialmente recomendados en todo tipo de dietas.

La grasa de los frutos secos está formada por ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados. Las nueces son especialmente ricas en ácidos grasos omega-3.

Consumo: Con regularidad. Entre 20 y 30 gramos al día es una buena forma de asegurar las recomendaciones diarias.
CEREALES

Los cereales representan uno de los principales aportes de hidratos de carbono a nuestra dieta y se consumen directamente o bien en forma de pan, pasta, etc. 

Los cereales son un alimento básico en todo el mundo, especialmente el arroz, el maíz y el trigo.

Entre las propiedades nutricionales de los cereales integrales cabe destacar su aporte en aminoácidos. Los cereales son deficitarios en lisina y ricos en metionina y en el caso de las legumbres, éstas son deficitarias en metionina, y en cambio les sobra lisina. Por tanto, la combinación de cereales y legumbres es perfecta ya que juntos establecen una proteína de alto valor biológico.

Los cereales integrales también destacan por su contenido en fibra, vitaminas (especialmente vitamina B y ácido fólico) y minerales como potasio, fósforo, magnesio y hierro. 

Las propiedades de los cereales integrales son más interesantes que las de los cereales refinados. Estos son más ricos en féculas y en el proceso de refinado se pierden nutrientes, especialmente vitaminas y minerales. Por esto es recomendable el consumo, siempre que sea posible, de cereales integrales.

En el caso del trigo, el centeno, la cebada y la avena contienen gluten, una proteína a la que algunas personas son intolerantes. Otros cereales, como el arroz y el maíz no contienen esta proteína y son aptos para personas celíacas e intolerantes al gluten. 

Consumo: Entre 4 y 6 raciones al día de cereales y tubérculos. Aunque es necesario adaptar el consumo a las necesidades energéticas. 
cereales
TUBÉRCULOS

Los tubérculos más consumidos en nuestro país son las patatas, pero también forman parte de este grupo el boniato, la remolacha, la chufa, la mandioca y la yuca. 

Los tubérculos son muy ricos en hidratos de carbono, especialmente complejos, y por eso están en la base de nuestra alimentación. La patata, además, es rica en vitamina C y potasio. 

DESTACADO Consumo: Entre 4 y 6 raciones diarias de cereales y tubérculos. Una ración de tubérculo equivale a unos 150-200 gramos, preferentemente hervidos o asados. 

GRASAS Y ACEITE

Las grasas tanto sólidas como líquidas (aceites) son necesarias para la salud, ya que aportan ácidos grasos esenciales y transportan vitaminas liposolubles (A, D, K y E). 

En las grasas de origen vegetal, como el aceite de oliva, predominan las grasas insaturadas y no aportan colesterol.

Las grasas insaturadas (especialmente las mono insaturadas) tienen un efecto protector frente a problemas cardiovasculares. Por eso se recomienda el uso prioritario del aceite de oliva virgen, tanto para cocinar como para aliñar los alimentos. 

En las grasas de origen animal, como la mantequilla, predominan las grasas saturadas. Las grasas menos recomendables dentro de una alimentación saludable son las conocidas como grasas trans, ya que están modificadas industrialmente mediante un proceso llamado hidrogenación, que permite que pasen de un estado natural líquido a sólido.

Consumo: 70 gramos de grasa al día, respecto a una dieta de 2000 Kcal de un adulto medio sano, priorizando las grasas insaturadas sobre las saturadas.
AZÚCARES

Los azúcares son hidratos de carbono simples que se encuentran de forma natural en frutas y verduras, la miel y productos lácteos. Estos son conocidos como azúcares intrínsecos.

Por otro lado, el azúcar común está formado por glucosa y fructosa y se obtiene o bien de la caña de azúcar o de la remolacha azucarera. Este azúcar se añade a las preparaciones y se conoce como azúcar simple.

Consumo: Según la OMS, la ingesta de azúcares simples no debe sobrepasar el 10% del total de energía diaria. 
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Conocer las propiedades nutricionales de las legumbres, verduras, carnes, pescados, cereales y demás alimentos es un primer paso para ganar en salud y calidad de vida. Con esta guía y nuestro artículo sobre la importancia de la alimentación, llevar una dieta saludable ya no tiene secretos para ti.